Divina Misericordia - Beato Juan Pablo II
   
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Beato Juan Pablo II

Juan Pablo II instituyó durante su papado la devoción a la Divina
Misericordia de Jesús:

En cierto sentido, el mensaje de la Divina Misericordia ha formado la
imagen de mi pontificado.
Juan Pablo II (1997, Lagiewniki, Cracovia).

Es preciso encender esta chispa de la gracia de Dios. Es preciso
transmitir al mundo este fuego de la misericordia.
Juan Pablo II (17 de Agosto 2002, Lagiewniki, Cracovia)


El mensaje de la Divina Misericordia un recordatorio de lo que la Iglesia
siempre ha enseñado: "que Dios es misericordioso y que él perdona y
que nosotros también debemos ser misericordiosos y perdonar".
"Cuánto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que
tiene a mi misericordia" (Diario 151).


La Divina Misericordia no sólo estuvo asociada con el final del papado
de Juan Pablo II, sino que estuvo cercanamente relacionada con el inicio
y legado del mismo.

Como joven trabajador y seminarista clandestino en su nativa Polonia, bajo
los totalitarismos del nazismo primero, y del comunismo después, cultivó
los dos amores que dieron la impronta a su vida: amó la Divina Misericordia
de Dios, y la verdadera devoción a María. En el calvario de los siglos XX y
XXI se dejó formar y educar completamente por María para proclamar la
infinita misericordia de Dios. El estudio del Diario convirtió a Karol Wojtyla
en su principal propagador.



En 1965 como arzobispo de Cracovia, a Monseñor Karol Wojtyla le cupo
iniciar el proceso informativo diocesano de Sor Faustina, fallecida en 1938
en su jurisdicción eclesiástica, lo cual lo convirtió quizás en el más
esclarecido conocedor de los escritos de la futura santa, haciéndose su
principal propagador.





El 15 de abril de 1978, el Papa Paulo VI revocó por completo la prohibición
a la Devoción a la Divina Misericordia que tenía 20 años causada por malas
traducciones y la falta de documentos debido a la situación politica de Polonia
primero ocupada por los nazis y despues por los comunistas, después de revisar
muchos documentos originales que no estaban disponibles en 1959, gracias
a la intervención del entonces Arzobispo de Cracovia, el Cardenal Karol Wojtyla.

Seis meses después, el 16 de octubre de 1978 el Cardenal Karol Wojtyla
fue elegido Papa, Juan Pablo II.

Juan Pablo II desde el inicio de su gran pontificado, insistió en la necesidad
que tenemos de conocer el alma de Jesús, su bondad, su misericordia, su
permanente actitud de ayuda al necesitado, porque Jesús no es extraño a
nuestra vida, penetra en toda ella para fomentarla y elevarla.

El mensaje de la Divina Misericordia: Jesucristo mismo es el corazón del
Evangelio, proclamado por el Papa Juan Pablo II en su encíclica "Dives in
misericordia" como el mensaje para el tiempo presente: "La Iglesia debe
considerar como uno de los deberes principales “durante cada etapa de su
historia y especialmente durante nuestra edad moderna- el proclamar y el
presentar a la vida el misterio de la misericordia supremamente revelado
en Jesucristo" (E. D. M. nº 14).

Juan pablo II Proclamó que "la Misericordia es la única esperanza para el
mundo". "Nada necesita el hombre tanto como la Divina Misericordia" ,
expresaba durante su visita a Polonia en 1997.

En el 2002, pocos meses después de enriquecer la celebración del
Domingo de la Divina Misericordia, el Papa realizó el que sería su último
viaje a su tierra natal. El lema del viaje fue «Dios, Rico en Misericordia». En
ese viaje consagró el nuevo Santuario Mundial a la Divina Misericordia y
consagró a la vez solemnemente el mundo entero a la Divina Misericordia,
ocasión en la que afirmó: «Es preciso transmitir al mundo este fuego de la
misericordia. En la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el
hombre, la felicidad».




El Domingo de la Divina Misericordia, fecha de origen divino, es un día
extraordinario por las promesas dadas por Nuestro Señor para este día:
«En este día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las
cuales fluyen las gracias.» (Diario 699). La fecha escogida por Dios para
llamar ante su presencia a Juan Pablo II constituye un mensaje muy claro y
elocuente para la humanidad, y un merecido premio para este infatigable
apóstol de la Divina Misericordia.

En las cosas de Dios no existen coincidencias. No podemos dejar de
poner atención al hecho de que Juan Pablo II, incansable propagador
del mensaje de la Divina Misericordia, fuera llamado por Dios ante Su
presencia en la noche del sábado de la octava de Pascua, justo cuando
la Iglesia Católica iniciaba en el mundo entero, la celebración del
“Domingo de la Divina Misericordia”, fecha instituida precisamente por
él, en el marco del Gran Jubileo del Año 2000, con motivo de la
canonización de la religiosa polaca Sor Faustina Kowalska, “secretaria
y apóstol de la Divina Misericordia”.
«En este día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las
cuales fluyen las gracias.» (Diario 699).






   
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